TAGORO
El Volcán Submarino de La Restinga
Isla de El Hierro
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Tras las piedras, vino nuevamente la gran mancha verduzca de azufre, que rodeó casi toda la isla. Nisa había renacido, el período de gestación había finalizado y con ella llegaba un cambio, una regeneración, una limpieza. Nisa seguía bailando, pero ahora era visible en forma de mancha verde, que cada vez era mayor. La diosa trataba de esparcir la vida entre sus aguas con las propiedades de la creación y de la curación.

Nisa continuó visible durante varios meses, y todos contemplaban el fenómeno con admiración y respeto. La vida en el pueblo de La Restinga se paralizó e incluso fue evacuado en dos ocasiones. Ambas evacuaciones fueron inesperadas: todos cogían lo que podían, cerraban sus casas con la esperanza de volver y se dirigían a las casas de sus familiares en el pueblo de El Pinar o en lugares provisionales previstos por el Ayuntamiento de El Pinar de El Hierro.



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